Y, de repente, ¡la luz!


Tu sonrisa abre sus puertas
y, de repente, ¡la luz!
Sin que tal dádiva adviertas,
tu sonrisa abre sus puertas
y así en mis muros insertas
con tu esplendor tragaluz.
Tu sonrisa abre sus puertas
y, de repente, ¡la luz!